En la escarpada cordillera de los Andes, la electricidad fiable ha sido durante mucho tiempo un sueño lejano para muchas comunidades aisladas. Aldeas como Kewinal (Bolivia), donde viven 154 familias, llevan más de 15 años esperando la electricidad, dependiendo de costosos y contaminantes generadores diésel y lámparas de queroseno. La ausencia de un suministro eléctrico fiable ha limitado la atención sanitaria, el crecimiento económico y las oportunidades educativas, provocando que las generaciones más jóvenes se marchen en busca de mejores perspectivas en otros lugares.
Para comunidades como Kewinal, la lucha por una electricidad fiable se debe a la inviabilidad de la infraestructura tradicional. Extender las redes eléctricas a zonas tan remotas y montañosas no sólo es prohibitivamente caro, sino también un reto logístico. En respuesta a estos retos, las microrredes alimentadas por energía solar, combinadas con la tecnología IoT, están proporcionando una alternativa sostenible y fiable. Estos sistemas generan y almacenan energía renovable localmente, eliminando la necesidad de costosas infraestructuras y suministrando electricidad constante a comunidades que carecen de acceso desde hace mucho tiempo.
Los sensores inteligentes controlan la producción y el consumo de energía en tiempo real, detectando problemas como la acumulación de polvo en los paneles solares o el bajo rendimiento de las baterías. En lugar de enviar técnicos a lugares remotos, estos problemas pueden diagnosticarse y solucionarse a distancia, reduciendo los costes de mantenimiento y garantizando un suministro ininterrumpido de energía.

En comunidades como Kewinal, esta tecnología hace algo más que proporcionar electricidad: transforma vidas. Las clínicas de salud pueden ahora almacenar vacunas que salvan vidas, las escuelas pueden funcionar de forma constante y los artesanos locales pueden ampliar sus negocios utilizando herramientas eléctricas.
Sin embargo, la tecnología IoT depende de una conectividad constante y fiable para funcionar eficazmente. En zonas remotas como los Andes, donde las redes terrestres son poco fiables o inexistentes, esta conectividad supone un reto importante. Aquí es donde las innovaciones NewSpace, en particular las de empresas como Sateliot, resultan esenciales. La red de nanosatélites de órbita terrestre baja (LEO) de Sateliot está diseñada para proporcionar conectividad NB-IoT sin fisuras y asequible incluso en las regiones más aisladas.
La integración de la tecnología NewSpace con IoT representa un cambio revolucionario para las remotas comunidades andinas. Al abordar esta brecha de conectividad con la IoT habilitada por satélite, estas regiones pueden acceder por fin a una energía fiable y sostenible a través de microrredes alimentadas por energía solar. Y lo que es más importante, permite a los residentes locales permanecer en sus comunidades, impulsando el desarrollo digital y económico sin necesidad de emigrar en busca de mejores oportunidades. Este enfoque innovador demuestra cómo las soluciones de vanguardia pueden revitalizar zonas aisladas, fomentando el crecimiento sostenible y abriendo nuevas posibilidades para su futuro.