Pensemos en un viñedo de California que decidió adoptar la tecnología IoT para abordar sus retos de gestión de recursos, concretamente en torno al consumo de agua y la calidad de las cosechas. Situado en una zona propensa a las sequías, el viñedo necesitaba una solución que le ayudara a reducir el consumo de agua sin comprometer la calidad de sus uvas. Con la ayuda del IoT, el viñedo implantó una red de sensores de suelo inteligentes en sus campos. Estos sensores miden puntos de datos críticos como la humedad del suelo, la temperatura y los niveles de nutrientes, proporcionando información detallada sobre las condiciones que afectan a cada cepa.
Con esta información, el viñedo optimizó sus programas de riego, suministrando agua sólo cuando era necesario basándose en datos en tiempo real. Afinando su enfoque, el viñedo logró una reducción del 30% en el uso del agua -un ahorro significativo tanto en costes como en impacto ambiental-, al tiempo que mantenía la alta calidad de la uva, esencial para su producción de vino. Esta estrategia basada en los datos permitió al viñedo equilibrar sus objetivos de productividad con prácticas sostenibles, mostrando cómo el IoT puede facilitar la agricultura inteligente incluso en entornos con recursos limitados.
A pesar de los prometedores resultados, la ampliación de la IoT en la agricultura sigue presentando retos. Uno de los principales obstáculos es el elevado coste de los dispositivos IoT y la infraestructura asociada. Las granjas más pequeñas pueden tener dificultades para permitirse la inversión inicial en sensores, sistemas automatizados y análisis de datos. Sin embargo, el principal reto es la falta de conectividad fiable a Internet, que limita el alcance de las soluciones IoT. Sateliot, una startup española, está abordando esta carencia proporcionando NB-IoT (IoT de banda estrecha) desde el espacio. Al llevar el estándar 5G a sus satélites, Sateliot ofrece soluciones rentables y escalables para el despliegue masivo de IoT.
Las soluciones NewSpace Satellite son especialmente transformadoras para los países con infraestructuras y recursos limitados. En regiones donde las redes de telecomunicaciones tradicionales están poco desarrolladas o no existen, las redes de satélites ofrecen una conectividad esencial que puede llegar a las zonas más aisladas. Al igual que algunas naciones han saltado de 2G o 3G directamente a 5G, la tecnología por satélite permite una digitalización acelerada al obviar la necesidad de amplias infraestructuras terrestres. Esta rápida expansión de la conectividad ayuda a cerrar la brecha digital, capacitando a las naciones en desarrollo para participar en la economía digital global y fomentando un acceso más equitativo a las innovaciones del IoT.

El futuro del IoT en la agricultura es prometedor, ya que los avances en inteligencia artificial, conectividad 5G e IoT por satélite impulsan una mayor adopción y capacidades mejoradas. La IA puede impulsar las aplicaciones de la IO analizando rápidamente los datos, lo que permite a los agricultores predecir el rendimiento de los cultivos, detectar enfermedades a tiempo y tomar decisiones proactivas, como predecir los momentos ideales para la cosecha basándose en datos históricos y en las condiciones actuales del suelo, lo que puede maximizar la calidad de los cultivos.
Mientras que el 5G mejorará significativamente la conectividad rural al soportar una transmisión de datos más rápida y permitir más dispositivos IoT, la siguiente evolución -las redes no terrestres (NTN)- amplía el alcance del 5G más allá de los límites de la infraestructura terrestre. Esto garantiza que incluso las granjas más remotas puedan beneficiarse de los últimos avances tecnológicos.
La convergencia de NewSpace con IoT, AI y 5G transformará las operaciones agrícolas en todo el mundo. El futuro de la agricultura reside en las innovaciones impulsadas por el espacio, y las posibilidades de transformar la agricultura no han hecho más que empezar.